Hace unos dias salto la noticia de la muerte de Cecil, un magnifico leon abatido por un cazador de Estados Unidos, previo pago de cincuenta mil dolares. El llanto, semejante a un descomunal coro de plañideras, inundo de inmediato los periodicos, las redes sociales, el mundo entero de este occidente decadente, victima de sus propias ensoñaciones y particulares modos de entender el mundo. Vaya por delante que para mi, el leon es el animal totemico por excelencia. La peculiar melena que adorna a los machos de la especie le confiere ese aire de aristocratica apariencia que ha cautivado a reyes y principes a lo largo de la historia. Ante la avalancha de amenazas, incluso fisicas que ha sufrido el dentista arquero, nunca me hubiera yo atrevido a recordar estos dos posts que publique hace tiempo en otro blog a raiz de un documental que trataba de la famosa Elsa, la leona que protagonizo una pelicula de gran exito y que titularon «Nacida libre». Sin embargo, deambulando por internet he descubierto este articulo que de alguna forma, y por supuesto, con mayor autoridad que la mia coincide y confirma en algunos aspectos lo que yo siempre he pensado acerca de Africa y de sus inmensos parques naturales.
Ante todo, me perdonara el lector, la falta de acentos y las comillas que utilizo, escribo en un tab y con un teclado Android que hace lo que le parece y cuando le parece. Las vacaciones me obligan a ello.
El enlace en el que pueden leer el articulo a que me refiero es el siguiente:
Acontinuacion mis dos posts que datan de primeros de año.